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El arte conceptual es claramente un movimiento artístico que surge hacia finales de 1960, en el que una serie de manifestaciones diversas y fronteras no demasiado definidas, irrumpen con fuerza. En el arte conceptual, el concepto o la idea siempre va por delante de la realización material de la obra, y, el mismo proceso (apuntes, esbozos, maquetas, pruebas, notas, diálogos e ideas) tiene, a menudo, más importancia que la obra o resultado final. Otro aspecto destacable es cómo ha de implicarse el espectador, cómo se le hace partícipe, no tan sólo en la manera de recibirlo, sino con su actitud y participación. Tal como vaya el lenguaje, los comentarios sociales y los comentarios políticos dentro de este estilo creador nos encontramos con unas líneas de trabajo muy diferenciadas. La característica principal de esta corriente es el predominio de los elementos conceptuales (el concepto) sobre los puramente formales.
El arte conceptual creado por Lluís Jové i Teixidó con sus creaciones con bolsas de basura se puede definir como una forma de expresión que intenta evitar el estímulo óptico a favor de los procesos intelectuales, el público está invitado a compartir con el creador, participa con el artista en su disciplina cromática, luminosa, ambiental, y en todas las variaciones de la obra. La obra de Lluís Jové i Teixidó la podemos situar en los orígenes del dadaísmo –primer movimiento de vanguardia que desmitifica y que rompe totalmente con el arte– con pinceladas minimalistas. También absorbe del Body Art, el Land Art, el Process Art, la Performance Art, el Arte Povera y, sobre todo, del Happening, “el suceso o el acontecimiento”, en el que el autor implica al espectador utilizando elementos que no lo dejan indiferente.
Mucha gente ve el arte conceptual como una forma en la que el artista se libera de su papel tradicional como inventor de decisiones estéticas. Para entender el panorama del arte contemporáneo actual hemos de reconocer que una de las raíces más sólidas pasa por el conceptualismo. Compartir el acto de mirar o entrelazar bolsas de basura, resulta la forma más directa de llegar al fundamento creativo. Las obras de arte conceptual son proposiciones analíticas que nos presentan las intenciones del artista, su definición del arte, es como conectar dos polos mentales para poder transmitir información. El artista concibe su actividad como una investigación semiótica. Proyecta en el público una experiencia similar a la comunicación del lenguaje. Dentro del arte conceptual encontramos dos tendencias significativas: la de los creadores que muestran o proponen alguna cosa ausente a través de proyectos irrealizables y la de otros que hacen referencia a ideas que no pueden verse, invisibles o inexplicables. El arte conceptual pretendió demostrar que se podía hacer arte sin necesidad de desembocar en cosas, que existe la experiencia estética sin que esta controle la objetividad. No reclama el placer inmediato derivado de la contemplación, lo que quiere es el juicio y la contemplación reflexiva.
Miquel Mallafré
Profesor de Historia del arte y co-comisario de la exposición